¿Os he dicho alguna vez que me encanta la decoración vintage? Yo creo que sí, pero si es que no os lo digo ahora 😉 La decoración vintage no pasa de moda, porque cada vez son más las tiendas que te ofrecen este tipo de elementos para tu casa y es imposible resistirse a ellos.
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Hay muchísimas opciones para dar ese toque a tu casa pero hoy os voy a hablar de los espejos envejecidos, los espejos siempre son buena elección a la hora de decorar tu casa, hacen los espacios más grandes y dan un toque muy especial a tu casa. Podéis optar por la opción de comprar el espejo envejecido, que se encuentran ya en numerosas tiendas de decoración o bien, hacerlo vosotros mismos ¿os atrevéis? Yo os explico cómo 🙂
¿Qué voy a necesitar?
- Un espejo (evidente)
- Salfumán (o un producto que contenga ácido clorhídrico)
- Decapante de pintura
- Agua
- Guantes de seguridad (valen unos guantes de goma fuertes)
- Gafas de seguridad
- Mascarilla de seguridad
- Trapos viejos
- Espátula (mejor de plástico)
- Pintura satinada negra en spray
¡Manos a la obra!
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En primer lugar colocaos los guantes y poned el espejo boca abajo, mejor si lo protegéis en su parte inferior con algo para que no se raye.
Añadir sobre la capa trasera (la que ha quedado arriba, no la reflectante) una capa de decapante de pintura y dejar actuar.
Cuando pase el tiempo necesario (dependerá del producto que estáis utilizando) veréis que la capa superior comienza a ahuecarse y a salir burbujas, retirar esta capa con un trapo con cuidado de no llevaros también la parte plateada que aparecerá debajo, si esta capa plateada todavía no ha aparecido deberéis aplicar una nueva capa de decapante y seguir los mismos pasos.
Comenzad a eliminar los trozos de pintura más resistentes con la espátula teniendo mucho cuidado nuevamente de no llevaros la pintura plateada y una vez hecho esto limpiar bien toda la superficie con un trapo húmedo.
Ahora es el momento de colocaros las gafas y la mascarilla (es muy importante que lo hagáis, es por vuestra seguridad) e id aplicando poco a poco el salfumán (o lo que estéis utilizando que contenga ácido clorhídrico), hacedlo de forma irregular para que quede más natural e id viendo el resultado poco a poco hasta que veáis el efecto deseado. Una vez que lo hayáis logrado deberéis parar el efecto del ácido echando por encima el agua que teníais reservada. Una vez hecho esto limpiad bien toda la superficie con agua y secándola con un trapo viejo.
Finalmente cubre las zonas que han quedado descubiertas con la pintura negra en spray y ¡listo!
¿Qué os parece el resultado? Si lo probáis no dudéis en enviarme una foto y las pondremos en el blog 🙂
Imágenes: Pinterest
